La violencia se muestra en un círculo vicioso en el que tanto el hombre como la mujer se encuentran atrapados.
El maltrato suele comenzar con conductas de abuso psicológico, difíciles de identificar porque están enmascaradas en apariencia de cariño y afecto. Estos comportamientos restrictivos y controladores van socavando la capacidad de decisión y autonomía de las mujeres.
La censura en su manera de vestir, en sus amistades y sus horarios, son algunos de los ejemplos de estas conductas. Con el tiempo estas conductas pueden causar dependencia y aislamiento pero se pueden interpretar como “pruebas de amor”.